CO-LAP-SO!!!!!!!- CO-LLAP-SE!!!!!!

by - February 13, 2022




La idea de este blog es contar un poco como viví mi experiencia de estar haciendo una residencia en otro país con las particularidades que eso representa, sin caer en lugares comunes ni en el drama que puede llegar a tener un servicio de oncología.
Pero la verdad que me toco vivir una guardia en clínica médica, donde me vi colapsar, quebrar, rendirme y no pare de llorar como un bebe.
A ver la idea de un medico llorando en pleno cumplimiento de su función no creo que le resulte atractiva a los pacientes (a mi no me gustaría que me atendieran en ese estado), lo que para mi represento un doble sufrimiento, por lado, dejar esta imagen de fuerte que aprendí a construirme para sobrevivir en la selva del hospital y por el otro lado de llegar al punto en que ya no me importa nada, y voy a llorar todo lo que me de la gana por que el paciente se descompenso en el mismo momento que llego el delivery del sushi (porque no tuve tiempo de ir a buscar el sándwich horrible que te da el hospital) y ya no sabía si tenía hambre, sueno, cansancio o culpa (todos sentimientos que al igual que el llanto de un bebe aparecen en la guardia del residente).
La cosa fue así, 40 pacientes internados, 10 ingresos, una paciente que se descompenso y tuve que intubar de urgencia, 4 enfermeras incapaces de distinguir lo urgente de lo postergable, da como resultado una noche de llanto desconsolado y un replanteamiento serio de cómo funciona el sistema de salud.
Voy a empezar a contar como eran los pacientes que me llegaban para internarse así se dan una idea de lo que fue esa guardia:
  1.     Señor de 78 anos que se tomo pastillas para suicidarse y se tiro del balcón del geriatrico, sin sufrir ningún daño (hay gente in-morible)
  2.          Una chica con esquizofrenia con una adición por el agua, lo que provoca una dilución del sodio en la sangre lo cual puede llegar a ser muy peligroso (la mina no paraba de tomar agua y no había forma de controlarla, además de gritar  todo el tiempo por que se quería ir a la casa)
  3.  Otra chica beduina de 18 anos  con un intento de suicidio (el segundo en los últimos 3 meses) se tomo hasta las pastillas del abuelo, que dicho sea de paso la pusimos en la misma habitación que el viejito in-suicidable, porque ambos necesitaban que alguien los vigile 24 horas.
  4.  El borracho tenista, un hombre de unos 50 anos con ropa deportiva, el cual sufrió convulsiones después de una ingesta abundante de alcohol, el cual negaba todo diciendo que es tenista y que lo golpeo una pelota de tenis en la frente mientras jugaba con amigos (si, a las 3 am y con olor a vodka).
  5.          El preso dormilón, si si! me llego un preso esposado a su camilla a las 5 am, pobrecito dormía como un bebe pero yo como medica de guardia tenía que ir a despertarlo y revisarlo, nunca tuve tanto miedo y nunca fui tan dulce despertando a alguien (lo único que me faltaba esa guardia era terminar siendo golpeada por algún  asesino)

El resto de los pacientes no tuvieron grandes particularidades mas allá de algún infarto o una neumonía que para ese momento para mi representaba un juego de niños.

Debo señalar que mientas ocurría todo esto, mi paciente que intube seguía inestable, mal, en shock, terapia intensiva sin lugar y yo totalmente colapsada, por suerte mi jefe que ese día estaba de guardia pasiva conmigo, vino desde la casa a ayudarme ante el evidente tono de lagrimas y mocos de mi voz cuando llamo a preguntarme como iba todo. 

 La guardia termino a las 8 de la mañana como toda guardia y yo termine con ella, cansada, abatida, totalmente compungida, a la paciente en shock a las 3 am se la llevaron a terapia intensiva y a los dos días falleció, justo cuando yo estaba de guardia nuevamente.
Fue una semana larga pesada, creo que el adjetivo ¨trapito de piso¨ me quedaba corto.
No se puede ser tan fuerte, no se puede pasar una guardia así, un trabajo así sin quedar marcado, después de ese día, algo adentro mío, se quebró pero otras cosas se afianzaron, se endurecieron, es muy irónico como al pasar traumas o situaciones estresantes, unos mas allá del dolor del momento, se afirma como persona , como dice la frase ¨Lo que no te mata te fortalece¨, creo que es verdad hasta cierto punto, pero tendría que haber algo intermedio, morirse o hacerse fuerte?, no es un poco extremo?
Vamos a concluir esto diciendo que sobreviví y como consecuencia terminé fortalecida.
Eso es lo que tengo para contarles hoy, ya pasaron varios anos de esa guardia, pero todavía me acuerdo la sensación de ahogo y colapso mental.
En este momento y desde hace unos anos viene luchado en Israel por reducir las guardia de 26 horas, yo se ni por donde empezar a decir que esto es algo mas que necesito y espero que se logre, ojala sea el principio de un sistema de residencias medicas mas humanizado y focalizado en hacer lo mejor para el medico y el paciente.

Un beso grande, hasta la próxima semana. 
Leti



The idea of ​​this blog is to tell a little about how I lived my experience of doing a residency in another country with the particularities that this represents, without falling into commonplaces or the drama that an oncology service can have.
But the truth is that I had to go through an oncall in internal medicine, where I saw myself collapse, break, give up and not stop crying like a baby.
 I don't think the idea of ​​a doctor crying in full performance of his duty is attractive to patients (I wouldn't want them to treat me in that state), which for me represents a double suffering, on the one hand, leaving this strong image that I learned to build myself to survive in the jungle of the hospital and on the other hand to reach the point where I don't care about anything anymore, and I'm going to cry all I want because the patient decompensated at the same moment that the sushi delivery arrived (because I didn't have time to go get the horrible sandwich that the hospital gives you) and I didn't know if I was feeling hungry, tired or guilty (all feelings that, like the crying of a baby, appear on the resident's on call shift).
The thing was like this, 40 hospitalized patients, 10 admissions, a patient who decompensated and had to be intubated urgently, 4 nurses unable to distinguish the urgent from the postponed, resulting in a night of inconsolable crying and a serious rethinking of how it works the health system.
I am going to start telling how the patients who came to me to be hospitalized were like, so they get an idea of ​​what that shift was like:
  1.  78-year-old man who took pills to commit suicide and jumped off the balcony of the nursing home, without suffering any damage (there are immortal people)
  2.  A girl with schizophrenia with an addiction to water, which causes a dilution of sodium in the blood which can be very dangerous (the girl did not stop drinking water and there was no way to control her, plus she screamed all the time). time because he wanted to go home)
  3. Another 18-year-old Bedouin girl with a suicide attempt (the second in the last 3 months) even took her grandfather's pills, which, by the way, we put her in the same room as the in-suicidal old man, because they both needed have someone watch them 24 hours.
  4.  The drunken tennis player, a man in his 50s in sportswear, who suffered convulsions after a heavy intake of alcohol, who denied everything saying that he is a tennis player and that a tennis ball hit him in the forehead while he was playing with friends (yes, at 3 am and smelling vodka).
  5.  The sleepy prisoner, yes yes! A prisoner arrived handcuffed to his stretcher at 5 am, poor thing he slept like a baby but as a doctor on call I had to go wake him up and check him up, I was never so scared and I was never so sweet waking someone up (the only thing I needed that day was to end up being beaten by some murderous)

The rest of the patients did not have great particularities beyond a heart attack or pneumonia that at that time represented child's play for me.

I must point out that while all this was happening, my patient who was intubated was still unstable, unwell, in shock, intensive care had no place and I was totally collapsed, luckily my boss, who was on passive duty with me that day, came from home to help me after the evident crying tone of my voice when he called to ask me how everything was going.

 The shift ended at 8 in the morning like all on call and I was finished too, tired, dejected, totally anguished, the patient in shock at 3 am was taken to intensive care and two days later she died, just when I he was on duty again.
It was a long heavy week, I think the adjective "punching bag" fell short for me.
You can't be that strong, you can't go through a shift like that, a job like that without being scarred, after that day, something inside me broke but other feelings became harder, it's very ironic like going through traumas or stressful situations, beyond the pain of the moment, you become stronger as a person, as the phrase says "What doesn't kill you makes you stronger", I think it's true to a certain extent, but should there be something in between, die or become strong? isn't that a bit extreme?
Let's wrap this up by saying that I survived and ended up stronger as a result.
That is what I have to tell you today, several years have passed since that night, but I still remember the feeling of drowning and mental collapse.
For a few years now, doctors in Israel have been fighting to reduce 26-hour shifts, I don't even know where to begin to say that this is very important and necessary, I hope it will be achieved, hopefully it will be the beginning of a more humanized medical residency system focused on doing what is best for the doctor and the patient.


Kisses 

Leti 

 


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