La reunión donde casi me despiden y la decisión que tomé después\The meeting where I almost got fired and the decision I made afterwards
Hoy vuelvo a escribir, después de un tiempo de introspección donde no podía contar las cosas que me pasaron de la manera que me gustaría, después de unos meses de viajes, de inestabilidad geográfica, de conocer lugares nuevos, reencontrarme con amigos viejo y volver a lugares conocidos.
Acá estoy, con ganas de seguir narrando mi historia durante la residencia, con ganas de volver a ser creativa y poder relatar con mis palabras lo que fue mi experiencia durante esos años.
Hoy justamente estaba reflexionando bastante sobre la salud mental, y el precio que pagamos a veces por seguir en un trabajo, una relación, una situación abusiva que no nos hace bien, y es un poco lo que me paso a mí.
Como dice el título de este blog “Confesiones de una médica” y la verdad que muy pocas personas saben hasta ahora lo que les voy a contar, pero ya paso bastante tiempo y por suerte hoy estoy en un lugar mucho mejor, así que tengo la valentía de poder contarlo.
Cuestión que el nuevo hospital no vino a solucionar mis problemas de descontento con el sistema médico israelí y la residencia, si es verdad que tenía un grupo de amigos más conformado, y vivía en la ciudad que me gustaba, pero el resto seguía siendo la misma mierda; el maltrato y la indiferencia estaba ahí, era una situación de agresividad pasiva, donde el ignorarme y criticarme por casa cosa que hacia o por mi falta de iniciativa (que si la tenía porque ahora que lo veo estaba deprimida) era lo cotidiano. Estaba en un status quo de hacer lo que me pedían, pero no entender que se pretendía de mi en realidad.
El descontento de mis superiores era obvio, pero hasta ese momento no hablaban conmigo, solo me ponía malas caras y me ignoraban en las reuniones, un hermoso ambiente laboral.
En ese momento mi luz al final del túnel era irme a Barcelona a hacer una rotación, y poder hacer allí el proyecto de investigación que se me requería como parte de mi residencia.
Ya había conseguido un hospital y un médico que me aceptaría como su estudiante, la duración de la rotación era de 6 meses y ya me imaginaba feliz, viviendo en España y huyendo por un rato de aquella tortura diaria.
Hasta que un día me citaron para hablar el jefe de oncología junto a las jefas de residentes; no se si es un detalle menor que el día de la reunión era mi día libre por haber estado de guardia un finde semana.
Llegue de verdad pensando que querían hablar sobre algo que tal vez había ocurrido en una alguna guardia o por alguna queja de una enfermera, pero no imagine el balde de agua fría con el que me iba a topar.
Fue una reunión en todo amenazante, donde todos expresaron el descontento general hacia conmigo (sobre todo por parte de la jefa de radioterapia que no tuvo la valentía de acudir a aquella reunión y decírmelo en la cara), me acuerdo de que el mismo jefe del servicio de oncología que pese que yo nunca fui santo de su devoción, reconoció que él no había trabajado nunca directamente conmigo así que no podía confirmar las quejas.
Parte del “castigo” por mi bajo rendimiento laboral (en ningún momento me preguntaron si estaba bien, si me pasaba algo, solo veían a un esclavo no cumpliendo con su deber), me dijeron que no iba a poder viajar a Barcelona, y que debería hacer el proyecto de investigación cerca de ellos para que me pudieran “controlar” mas.
Recuerdo que durante toda la reunión me despersonalice, creo que es un efecto que tiene la mente, en momentos traumáticos, que salirse de sí misma, porque no puede lidiar con lo que está pasando, no les voy a mentir, yo en ese momento me puse toda roja y me estaba muerta de la vergüenza de lo que me estaban diciendo, solo quería irme a mi casa ponerme a llorar y nunca más volverme a ver la cara a ninguno de ellos.
En el colegio siempre fui la buena alumna, la chica 10, siempre estudié, y en los trabajos hasta ese momento había tenido un buen desempeño, no iba conmigo que me estuvieran llamando la atención y amenazándome con despedirme.
No podría creer lo que escuchaba, no se parecía en nada a mí, me acuerdo de que quede todo el día en estado de shock, me daba vergüenza contárselo a mis compañeros de la residencia, no sabía ni que decir, no estaba segura de haber entendido todas las críticas en hebreo.
Tuve que procesar todo un par de semanas, hasta que finalmente me hice mi autodiagnóstico de depresión, sabía por otros compañeros de la residencia que muchos de ellos habían empezado a tomar antidepresivos por su cuenta y que estos les ayudaban a funcionar de manera más efectiva a nivel emocional.
No es raro que los oncólogos recetemos en ocasiones antidepresivos a nuestros pacientes, por lo que yo ya tenía experiencia recetando unas de las drogas así que hice lo que en ese momento creí que era lo mejor para mí.
Necesitaba anestesiar mi infelicidad, y poder tomar algo para seguir funcionando y terminar como decía yo “la puta residencia”. Así fue que empecé a tomar dosis mínimas de antidepresivos por cuenta mía, en Israel los médicos pueden auto recetarse, así que no era nada ilegal, después de algunos meses se lo confese a mi psicólogo.
No sé si estuvo bien lo que hice, no estoy acá para juzgarme, la verdad que en ese momento si me ayudo, sentía que las cosas que antes me molestaban ahora no tanto, podía sobrellevar las guardias mejor, no me enojaba con las enfermeras y la estúpida burocracia, pero también las cosas que antes me daban felicidad tampoco me alegraban de la misma manera, vivía en un estado NI, ninguna emoción se expresaba en su totalidad, todo era a medias. Unos de los motivos por los que finalmente los deje, además de estar en el tramo final de mi residencia, fue porque quería volver a sentir las vida como antes, quería volver a experimentar la intensidad de la emociones; las buenas y las malas, me costó un tiempo entender que cada emoción tiene su función, y tal vez en ese momento si me hubiera detenido hubiese encontrado una explicación para mi descontento, tal vez hubiese tenido el coraje para no dejarme medir por el que dirán de los demás y hubiese podido elegir mejor.
No lo sé, hice lo que pude con lo que tenía y de alguna manera cumplió su propósito.
Hoy miro para atrás y recuerdo que por ese entonces 4 médicos se había suicidado en mi anterior hospital, muchos de mis compañeros de residencia también estaban tomando antidepresivos, o licencias de “salud mental”, evidentemente estamos antes un problema grave, al cual muchos deciden mirar para otro lado, recuerdo escuchar comentario de los jefes diciendo como nuestra generación era muy “delicada” y no tomando en serio a nuestra psiquis.
Como consejo del día de hoy para el que este leyendo esto y necesite hablar con alguien, que me escriba! Siempre voy a contestar y voy a tratar de ayudar, y para el que tiene un amigo, colega, conocido, familiar que no está siendo el de siempre, que le escriban ver como esta, no te enojes si no está rindiendo laboralmente como antes, en caso de que trabaje con vos, o que no acepte ninguna invitación tuya si es tu amigo, invítale un café y pregúntale qué le pasa, mándale un mensaje y hace le saber te preocupas por el \ella y que si no está pasando un buen momento puede hablar con vos.
A nadie le gustar andar por ahí, diciéndole a los amigos lo mal que nos sentimos con nosotros mismo, menos a tu familia, y más estando lejos.
No quería lidiar con la desilusión de los demás, con no llenar las expectativas de lo que se esperaba de mí.
Hoy estoy mucho mejor, de poco estoy soltando el qué dirán y las expectativas que los demás tienen hacia mí, y me ocupo más por mi salud mental y por enfocarme en las cosas que me hacen bien, como escribir y poder ayudar a los demás a través de mis relatos y experiencias.
Hoy no hay un cierre con moraleja, pero si siento un alivio muy grande adentro mío de poder contar esto, estado donde estoy ahora, y después de haber pasado por eso.
Los quiero
Leti
Today I write again, after a time of introspection where I couldn't tell the things that happened to me in the way I would like, after a few months of travel, geographical instability, knowing new places, meeting up with old friends and returning to familiar places.
Here I am, wanting to continue telling my story during the residency, wanting to be creative again and be able to relate with my words what my experience was during those years.
Today I was just reflecting a lot on mental health, and the price we sometimes pay to continue in a job, a relationship, an abusive situation that does us no good, and it's a bit what happened to me.
As the title of this blog says "Confessions of a doctor" and the truth is that very few people know until now what I am going to tell them, but enough time has passed and luckily today I am in a much better place, so I have the courage to be able to tell
It turns out that the new hospital did not come to solve my problems of dissatisfaction with the Israeli medical system and the residence, if it is true that I had a group of friends at work, and that I lived in the city that I liked, but the rest continued being the same shit; the mistreatment and indifference was there, it was a situation of passive aggressiveness, where ignoring me and criticizing me for every thing I did or for my lack of initiative (which I did have because now that I see it I was depressed) was everyday. I was in a status quo of doing what was asked of me, but not understanding what was actually wanted of me.
The dissatisfaction of my superiors was obvious, but until that moment they did not speak to me, they only made faces at me and ignored me in meetings, a beautiful work environment.
At that time, my light at the end of the tunnel was to go to Barcelona to do a rotation, and be able to do the research project that was required of me as part of my residency there.
I had already found a hospital and a doctor who would accept me as his student, the duration of the rotation was 6 months and I already imagined myself happy, living in Spain and fleeing for a while from that daily torture.
Until one day I was summoned to speak by the head of oncology together with the chief residents; I don't know if it's a minor detail that the day of the meeting was my day off because I was on duty for a weekend.
I really arrived thinking that they wanted to talk about something that had perhaps happened on a shift or due to a complaint from a nurse, but I didn't imagine the bucket of cold water I was going to run into.
It was a completely threatening meeting, where everyone expressed general dissatisfaction with me (especially by the head of radiotherapy who did not have the courage to go to that meeting and say it to my face), I remember that the head of the service of oncology that although he never liked me, he admitted that he had never worked directly with me so he could not confirm the complaints.
Part of the "punishment" for my bad performance (at no time did they ask me if I was okay, if something was wrong with me, they only saw a slave not doing his duty), they told me that I would not be able to travel to Barcelona, and that I should do the research project near them so they could "control" me more.
I remember that during the entire meeting I depersonalized myself, I think it is an effect that the mind has, in traumatic moments, that comes out of itself, because it cannot deal with what is happening, I am not going to lie to you, at that moment I It made my face red and I was ashamed of what they were telling me, I just wanted to go home and start crying and never see the face of any of them again in my life.
At school I was always the good student, I always studied, and in the jobs up to that moment I had done well, it didn't go with me that they were calling me out and threatening to fire me.
I couldn't believe what I was hearing, it didn't look like me at all, I remember that I was in a state of shock all day, I was ashamed to tell my fellow residents, I didn't even know what to say, I wasn't sure I had understood all the reviews in hebrew.
I had to process everything for a couple of weeks, until I finally did my self-diagnosis of depression, I learned from other colleagues in residence that many of them had started taking antidepressants on their own and that these helped them to function more effectively on an emotional level.
It's not uncommon for oncologists to sometimes prescribe antidepressants to our patients, so I already had experience prescribing some of the drugs so I did what I thought was best for me at the time.
I needed to anesthetize my unhappiness, and be able to take something to continue working and finish, as I used to say, “the fucking residence”. So it was that I started taking minimal doses of antidepressants on my own, in Israel doctors can self-prescribe, so it was nothing illegal, after a few months I confessed it to my psychologist.
I don't know if what I did was right, I'm not here to judge myself, the truth is that at that time it did help me, I felt that the things that used to bother me now not so much, I could cope with the shifts better, I didn't get angry with the nurses and the stupid bureaucracy, but also the things that used to make me happy didn't make me happy in the same way either, I lived in a state of indifference, no emotion was fully expressed, everything was halfway. One of the reasons why I finally left them, besides being in the final stretch of my residency, was because I wanted to feel life like before, I wanted to re-experience the intensity of emotions; the good ones and the bad ones, it took me a while to understand that each emotion has its function, and perhaps at that moment if I had stopped I would have found an explanation for my discontent, perhaps I would have had the courage not to let myself be measured by what they will say of the others and could have chosen better.
I don't know, I did what I could with what I had and it kind of served its purpose.
Today I look back and remember that at that time 4 doctors had committed suicide in my previous hospital, many of my fellow residents were also taking antidepressants, or "mental health" licenses, obviously we are facing a serious problem, which many decide looking the other way, I remember hearing comments from the bosses saying how our generation was very “delicate” and not taking our psyche seriously.
As today's advice for those who are reading this and need to talk to someone, write to me! I will always answer and I will try to help, and for those who have a friend, colleague, family member who is not being the same as always, write to them to see how they are doing, do not get angry if they are not performing as well as before, in case that he works with you, or that he does not accept any invitation from you if he is your friend, buy him a coffee and ask him what is wrong, send him a message and let him know that you care about him and that if he is not having a good time he can talk with you.
No one likes to walk around, telling friends how bad we feel about ourselves, least of all to your family, and even more so when we are far away.
I did not want to deal with the disappointment of others, with not fulfilling the expectations of what was expected of me.
Today I am much better, I am soon letting go of what others will say and the expectations that others have of me, and I take more care of my mental health and focus on things that are good for me, such as writing and being able to help others through my stories and experiences.
Today there is no closing with a moral, but I do feel a great relief inside of me to be able to tell this, being where I am now, and after having gone through that.
Love
Leti
0 comments