Lo que me enseño la muerte, a vivir mi vida\ What death taught me, to live my life
Lo que me enseño la muerte, a vivir mi vida
En el post anterior les conté la reacción de mi jefe en ese momento al enterarse que me mudé de vuelta a Tel Aviv y que viajaba todos los días a Beer sheva.
La verdad que no fue el la única persona que reacciono así, casi todo mi entorno se lo tomo bastante mal, algunas amistades por que se entristecían que dejara Beer Sheva y otras personas por que no podían entender como no me podía quiera viviendo en un mismo lugar.
Pero lo que no comprendían no sabían era lo infeliz que era viviendo en esa ciudad, y como de verdad lo había intentado, pero simplemente no era para mí.
A raíz de un poco lo que voy contando en e blog, muchos amigos míos y familiares, se acercaron a pedirme disculpas por no saber por lo que estaba pasando y es que la realidad sobre todo a la gente que tengo en Argentina, no les contaba mucho, cada vez que viaja estaba feliz de estar allí y no quería agobiarlos con las historias de mi residencia o con mis dilemas existenciales de donde quiero vivir. Muchos de ellos asumían que mi vida era perfecta por lo que veían en alguna foto en mis redes sociales, o mis frecuentes viajes, que los hacia bastante seguido para escapar de la horrible realidad que estaba viviendo.
Creo este blog es el espacio que necesitaba para hablar y reflexionar sobre esa experiencia, pero no debo ser la única persona que está pasando por eso. Otro detalle no menor del porqué de mis decisiones de cambios de ciudades o de países, se debe a la naturaleza de mi trabajo, y la realidad es que estoy en constante contacto con la muerte, con personas con enfermedades terminales a la cuales el tiempo de vida de un día para el otor se les acorto drásticamente y en general los que más se llevan a la tumbas son arrepentimientos de decisiones postergadas, viajes nunca hechos, o conversaciones que jamás fueron concretadas, y eso fue un poco lo que me llevo a preguntarme; que estoy esperando para hacer lo que me hace feliz? Tal vez la pregunta debería ser, a quien pienso que debo pedirme permiso para hacer lo que me gusta? Lo que me hace bien?
Parecería a veces que todos saben los que es mejor para mi excepto yo y sé que la gente me aconseja de corazón y por que me quiere, pero debo reconocer que el checklist de la vida feliz (recibirse, casarse, tener hijos, comprar una casa, vivir toda tu vida en un mismo lugar) que la mayoría de las personas tiene en mente no se aplica mucho a mí, y el hecho de que me quieran forzar a ese estereotipo se vida, lo único que hace es apagar mi alegría de vivir. No se tal vez algún día lo haga, por ahora tengo ganas de seguir viajando y de explorar el mundo, y les digo a todos los demás ahí afuera con ganas de hacer lo mismo, yo conozco el desenlacé de la película y es que al final la vida es una sola y bastante corta como andar viviendo según las expectativas de nuestro entorno.
Créanme lo he visto una y otra vez y se nota la diferencia de las personas que se van de este mundo con la satisfacción de haber hecho lo que anhelaban y de las de aquellas que se despiden con arrepentimientos y con la sensación e que todavía le faltaba hacer más.
Perdón por la crudeza de mis palabras, pero como dije en el titulo que si algo aprendí de la muerte es a vivir mi vida, y últimamente me encuentro día a tras días dando explicaciones sobre mis planes a futuros, como cuando me mude a Tel Aviv y la verdad que nadie sabe lo que va a pasar en el futuro, a veces hay que silenciar todas esas voces y hacer lo que realmente pide tu corazón, un ejercicio que yo me hago es preguntarme a mí misma si me fuera a morir en un año, estoy haciendo lo que quiero de mi vida? Si la respuesta es no, es allí donde empiezo a replantearme mi camino.
Ojalá lo intenten y puede ir de poco cambiando el sentido de la vela de su barco para ir al puerto que desean.
Un beso enorme
Leti
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